Cuando analizamos los entornos en función del grado de certidumbre observamos tres escenarios diferentes:
- Riesgo o Riesgo aceptable es el que se da cuando el entorno cambia lentamente y es el de mayor certidumbre, entendiendo que el riesgo cero no existe.
- Le sigue el de Incertidumbre, que es aquel en que se empieza a acelerar el cambio y empezamos a ver que los datos que habitualmente nos ayudan a tomar decisiones no son fiables, o ni siquiera existen, o bien vemos que los procesos que utilizábamos hasta ahora no se corresponden a las nuevas necesidades.
- Por último vendría el escenario de la Ambigüedad, que es cuando los datos para la toma de decisiones cambian con una velocidad superior a nuestra capacidad de toma de decisiones, y/o los procesos de que disponemos ya no son de utilidad.
Lógica Predictiva vs Lógica Interactiva
En tiempos estables, en los que el entorno cambia lentamente, asumir los riesgos que comportan ciertas acciones o las sorpresas que puedan generar desviaciones o modificaciones del plan inicial no suponen una seria amenaza. Disponemos de esa lógica predictiva que nos permite, en base a los datos probados y comprobados, fruto de analíticas anteriores, planificar el futuro a corto y medio plazo con un riesgo controlado.
Esta lógica se basa en un proceso líneal:
Datos –> Análisis –> Acciones
Pongamos el ejemplo de una receta de cocina; si tienes todos los ingredientes (DATOS) de una receta y conoces los pasos a seguir (PROCESOS), el resultado es predecible, un plato determinado más o menos conseguido en función de tus habilidades como cocinera o cocinero.
Sin embargo, esos tiempos de cambio lento pertenecen al pasado y revisando la historia podemos afirmar que nunca la velocidad del cambio se ha ralentizado, con lo que hemos de asumir que cada vez más tendremos que movernos y tomar las decisiones en los ámbitos de la incertidumbre y al ambigüedad. Hoy los cambios se suceden a una velocidad cada vez más rápida, provocando una desactualización de los datos constante. Vivimos momentos en que se han de tomar decisiones sin tiempo, sin procesos ni datos suficientes para su análisis.
En estos momentos de alta volatilidad, la lógica para tomar decisiones es muy diferente. Cuando el presente y corto plazo es incierto, cuando los datos disponibles no son fiables y pierden su utilidad, cuando la única estrategia que vale es cambiar y adaptarse, nos hemos de valer de la lógica interactiva o el pensamiento crítico, además de un buen liderazgo, ágil y coherente, que nos guíe por ese camino incierto.
La lógica interactiva se basa en un proceso circular:
Acción –> Datos –> Análisis … y vuelta a la Acción
Volviendo a la receta, puede pasar que cuando la vayas a cocinar te falte algún ingrediente y lo sustituyas por otro, sin embargo, continúas teniendo claros los pasos a seguir. A esto le llamamos incertidumbre.
Puede pasar que, además, no dispongas del orden de los pasos a seguir, con lo que le estamos añadiendo ambigüedad a la receta. En este punto habremos de confiar en nuestro conocimiento y habilidades, en nuestros valores, y, sobre todo, en nuestros equipos.
Como se ve es más fácil gestionar con datos, pero si disponemos de un buen liderazgo y una cultura colectiva sólida, transitar por entornos desconocidos puede ser más estimulante y los resultados iguales o mejores.
Por ello, es vital conocer a fondo las culturas que componen tu organización. Esto te permitirá poner foco a tus acciones y, lo más importante, estructurar equipos que generen los datos necesarios para la toma de decisiones de futuro.
Diagnóstica tu empresa, InnoQuotient te ayuda en este camino.