Al parecer, el consejero delegado de Airbnb, Brian Chesky, no se sonroja por elevar a empleados por encima del resto y admitir que los trata distinto, que cuenta con «favoritos». El directivo señala que aquellos en los que más confía y mejor trabaja son «sus favoritos», y son con los que habla de forma más cercana y fluida.
Brian se ha inspirado en otro gran emprendedor de Silicon Valley para llegar a esta conclusión: Steve Jobs reunía a los que consideraba los cien mejores empleados de Apple en una reunión que se alargaba durante tres días.
Los defensores de esta estrategia afirmarán que este modelo favorece la competencia y acelera el ritmo de la compañía, pero puede ocasionar un clima negativa que acabe erosionando la cultura de la organización.
Fallos de la lógica del favoritismo
Si premiamos a los mejores de forma explícita o tenemos favoritos, estamos fomentando la competencia interna. Si A y B son mis favoritos, implícitamente estoy diciendo que el resto no lo son. Además, la palabra «favoritos» es ambigua. ¿Qué significa tener favoritos? Por ejemplo, si busco a alguien para realizar un triple salto mortal, mi «favorito» sería un gimnasta; si necesito un plato de comida excepcional, sería un chef. Todo depende del contexto.
Dicho esto, prefiero evitar el concepto de «favoritos», ya que genera competencia y discriminación interna. Para fortalecer la cultura de la organización, es fundamental conocer bien a los empleados. Innovar implica explorar lo desconocido y eso requiere una mentalidad abierta que no puede cerrarse con una estructura fija como la de los favoritismos.
Liderar sin discriminar
El líder debe definir un propósito claro que alinee a todos. Cuando el equipo entiende el objetivo común, desaparece la competencia interna y se fomenta la colaboración. En este marco, la autonomía es clave. Por ejemplo, en la experimentación y todo el proceso innovador, hay que dar a las personas el tiempo y el espacio para ser curiosos.
Los líderes a menudo exigen respuestas inmediatas, pero si no estimulamos las preguntas, no fomentamos la imaginación, la creatividad ni la experimentación.
Los líderes también tienen un rol fundamental al crear una cultura que valore tanto la exploración (para garantizar el futuro) como la explotación (para rentabilizar el presente).