Medellín hace 30 años
No conocí el Medellín de hace 30 años, pero está a la vista de todos en literatura y en series de televisión, y sobradamente en las hemerotecas. Sí os puedo contar que hoy es una ciudad emocionante, en la que se percibe un sentido de comunidad excepcional para un territorio en el que las diferencias sociales siguen siendo muy amplias. Esto se ha conseguido a fuerza de poner en marcha un proyecto global —con intenciones muy claras— que ha actuado sobre transporte, sanidad, educación, seguridad… y que ha conseguido transformar la sociedad.
Ruta N
Con el fin de acelerar la transformación, crearon Ruta N, hoy una institución de referencia internacional, pero que en sus orígenes fue una apuesta muy osada. Su edificio central se construyó —para que nadie tuviera dudas— en medio de la depauperada y conflictiva zona Norte; desde allí han cambiado el pulso de la ciudad, y desde allí siguen trabajando dando apoyo en la creación y crecimiento de empresas.
Parte del progreso ha venido —y este no es más que un ejemplo entre otras acciones emprendidas— de la mano de la creación de modernas infraestructuras para facilitar el transporte público: se ha construido un tren (o metro exterior) que cruza la ciudad uniendo el Norte con el Sur y que se ha trazado con la intención de integrar con dignidad y agilidad a las clases más bajas (situadas al Norte) con sus entornos de trabajo en zonas más privilegiadas (al Sur).
Anteriormente, estos desplazamientos tenían que hacerse en viejos buses y con complicadas combinaciones que hacían que los viaje se alargaran mucho en el tiempo. Estas nuevas infraestructuras —asequibles para todo el mundo— dignifican a las personas que las usan, igual que uno puede ver cómo dignifican el entrono por el que pasan (más cuidado que el resto de la ciudad).
¿Es cuantificable el efecto en las personas y en la sociedad de medidas como esta?
Proyectos como el emprendido en la ciudad de Medellín, amigos, es innovación: el resultado de una actitud emprendedora, ilusionada, intencionada y realista. Y esta actitud —la que ha generado este resultado— es la cultura de la innovación.