Fran Chuan

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Tener éxito no significa tener razón… ni futuro

El éxito de una organización en un momento dado no implica que tenga su continuidad asegurada.
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Analizando un estudio de InnoQuotient y cotejándolo con los datos colectados en incontables conversaciones con directivos de empresas con las que hemos trabajado, nos permite agrupar las organizaciones en función de tres conceptos generales:

    1. Organizaciones con una cultura innovadora activa.
    2. Organizaciones con actividades de mejora y novedades de productos/servicios.
    3. Organizaciones continuistas.

Si además reflejamos la cantidad de empresas que hay en cada nivel, se conformaría una especie de rombo como el de la imagen.

Profundizando en los datos

Bloque 1

En la parte alta estarían las que abrigan esa cultura de la innovación que estimula la curiosidad, la imaginación, la creatividad y la experimentación de sus colaboradores.

Se trata de compañías que tienen un índice de renovación de productos, servicios y procesos internos muy destacado, una cuota de mercado notable, unos beneficios envidiables. Y, al mismo tiempo, un índice de rotación de las personas talentosas muy bajo.

Bloque 2

En la parte central se concentran la mayoría de las organizaciones, muchas de ellas en la creencia de que están innovando. Sin embargo, se aprecia que estas innovaciones no se realizan de manera sistemática ni más allá de la mejora continua y la novedad, y están promovidas por departamentos concretos (I+D, Marketing…).

Muchas veces luchan en el mundo del precio y el volumen. El clima de la empresa no anima a los colaboradores a ser proactivos y aportar ideas, lo que da como resultado un nivel de  compromiso medio o medio-bajo, y, por tanto, la rotación es también bastante elevada.

Estas organizaciones son muy sensibles a las crisis y a la aceleración de los cambios que éstas provocan.

Bloque 3

En la parte baja observamos empresas que no tienen definido su propósito, su razón de ser. Funcionan sin estrategia. Tienen una ratio de renovación de los productos y procesos muy bajo (o nulo) y la rotación del personal es entre alta y muy alta.

Muchas intentan continuar con lo que les generó éxitos en el pasado, pero se hallan en un momento de gran fragilidad.

Como dijo Darwin «No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, tampoco es la más inteligente. Es aquella que se adapta mejor al cambio». 

Cuando un directivo de las organizaciones del grupo central analiza los resultados del momento podría pensar que está en el “buen camino” o incluso estar orgulloso de sus éxitos. Sin embargo, puede no ser consciente de los cambios de las nuevas tendencias que se están dando, y por tanto, no estaría realizando las acciones necesarias de renovación que la transformación del entorno está exigiendo. Una nueva crisis podría hacerles sufrir graves problemas.

La 5 claves para sobrevivir

Cualquier organización, para asegurar sus opciones de existir en el futuro debiera tener en cuenta estas 5 claves:

    1. La agilidad en la innovación de procesos, productos y servicios debe ser superior a la velocidad de aparición y consolidación de las nuevas tendencias.
    2. El número de personas que estén involucradas en los procesos de innovación determinará la rápida detección de las tendencias y la agilidad en adoptar las medidas necesarias para convertirlas en oportunidades.
    3. El número de pasos que hay que dar entre que se detecta la oportunidad y la innovación real, será inversamente proporcional a su capacidad de innovar.
    4. El tiempo que dedique la alta dirección a los procesos y equipos de innovación provocará un aumento  exponencial de los aprendizajes y éxitos de la innovación.
    5. El grado de autenticidad (definida como la coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice, lo que se hace y lo que se siente) es inversamente proporcional a la rotación del talento, y directamente proporcional a la atracción de este.
Cuando Albert Einstein repartió las preguntas de un examen a unos estudiantes de Oxford éstos replicaron que esas eran las mismas preguntas del año anterior. Einstein contestó «cierto, las preguntas son las mismas. Lo que han cambiado son las respuestas».
No dejes que el éxito te nuble la vista, pues no implica necesariamente tener razón… ni en todo ni siempre.

Como cierre, algunas reflexiones:

¿Dónde ubicarías a tu organización?

¿Dónde desearías estar?

¿Dónde están tus competidores?

¿Qué grado de renovación (innovaciones) se dan en tu sector?

¿Y en tu organización?

Un saludo.

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