Tener claro cuál es nuestro propósito en la vida no es nada baladí, y para la mayoría de nosotros probablemente este es un concepto pendiente de concretar. Una vez más no tenemos que mirar fuera, no estamos hablando de averiguar qué se espera de nosotros, sino qué esperamos de nosotros mismos.
Para poder ser AUTÉNTICOS tenemos que ser muy conscientes de quienes somos, de qué queremos hacer con nuestra vida. Porque -no nos quepa la menor duda- cada uno de nosotros tiene un propósito en la vida, una ilusión mayor, un pálpito que nos mueve por encima de todo cuanto nos mueve. Únicamente nos falta saber qué es.
Aprendemos y nos construimos de fuera hacia adentro. Estamos abiertos al mundo: adquirimos conocimientos, mensajes, reflexiones, observaciones, dudas… Queremos ser y somos una antena receptora que no se pierde un milímetro de aquello que acontece a nuestro alrededor, ya sea próximo o lejano.
Pero… ¿Sabemos qué está ocurriendo dentro? ¿Qué se origina en nuestro núcleo?
Para averiguar nuestro propósito Tes nos recomienda situarnos en nuestro lecho de muerte; vernos rodeados de nuestros seres queridos, serenos y felices por la vida que hemos vivido. Justo entonces es cuando tenemos que preguntarnos qué hemos hecho en la vida que nos haya llenado, y qué hemos dejado de hacer que hubiéramos querido hacer.
Puedes probarlo, pero no te olvides de añadir a esta técnica toneladas de sinceridad y un sentido autocrítico que a menudo mandamos a Babia.
Y sólo cuándo hayas encontrado tu propósito… podrás descansar en paz ?.