Vivimos tiempos agitados, tiempos de incertidumbre y ambigüedad. Dos conceptos donde la lógica predictiva que veníamos ejerciendo, la del Excel y el Microsoft Project, ya no son de gran utilidad para encontrar respuestas ante las nuevas variables a las que nos enfrentamos y la gran incertidumbre que generan.
La lógica predictiva se basa en una secuencia bastante simple:
Disponemos de información ▶︎ Analizamos ▶︎ Definimos Acciones
Lógica creativa
Sin embargo, cuando certidumbre y predictibilidad son eclipsadas por la incertidumbre y la ambigüedad estamos en el espacio de la lógica creativa, un buen combustible para la innovación dado que es capaz de trabajar aunque la información sea confusa o cambiante. Por lo que la nueva secuencia es:
Definir y ejecutar acciones ▶︎ Información a partir de resultados ▶︎ Análisis y definición de nuevas acciones
Siempre, después de una crisis, afloran aquellos resultados de los que “surfearon” esta crisis aplicando la lógica creativa. Supieron identificar los cambios que se estaban dando en lo social, lo económico, los hábitos, los problemas, las necesidades, las prioridades y la tecnología; y mejoraron ágilmente su posición, crearon soluciones alternativas a los problemas y necesidades, modificaron sus modelos de negocio; en resumen, se transformaron y transformaron el entorno, innovando.
La anterior crisis, la Gran Recesión, dio pie a Uber, Aribnb, Dropbox, Udacity, Wework, Bitcoin, y otros muchos. Todos y cada uno de ellos eran nuevos en el sector en el que pusieron su sello. Sorprendieron a los Gorilas (1) de ese mercado, cambiando muchas cosas desde entonces.