Fran Chuan

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Hoy es 28 de abril del 2021

Fraccionar problemas, circunstancias y modus operandi para salir con más sabiduría y fortaleza.
exito-negocios

Estamos tomando un café charlando y celebrando; la crisis global del 2020 ya es solo el recuerdo de un momento muy complejo en nuestras vidas, ni siquiera la del 2008 fue tan impactante; estuvimos confinados varias semanas, la economía sufrió un revés impensable, el comercio mundial se paralizó, el mundo entero quedó bloqueado, y además, perdimos a demasiados seres humanos. Fue tremendo, pero pasó.

Centrándonos en lo empresarial, curiosamente cuando analizamos cómo estábamos antes del coronavirus y cómo nos encontramos en esta tarde primaveral del año 2021 descubrimos que hoy estamos mucho mejor.

¿Qué hicimos para lograrlo? Esa tal vez, es la pregunta que deberíamos hacernos hoy para que, en un año, estemos tú y yo saboreando un delicioso café, y lo dicho en el párrafo anterior no sea una ficción sino una realidad. 

Para responder a esta pregunta, hemos identificado que lo mejor es fragmentar la crisis en elementos más pequeños, como los siguientes: 

  1. Ver la crisis no como una sola entidad sino como un montón de pequeñas piezas que la conforman.
  2. No dejar que la situación me afecte y paralice; en su lugar, fragmentar el impacto en mi negocio en múltiples partes. Si fracciono las circunstancias que me están afectando y fragmento, también, mi modus operandi (a qué me dedico, cómo gano dinero) probablemente encuentre oportunidades al corto plazo, y seguro, al largo plazo.
  3. ¿Cómo puedo manejar todo esto?  Ver el problema, no como un todo sino como un cúmulo de pequeñas circunstancias que en conjunto generan un problema pero que individualmente pueden ser una oportunidad; incluso para otro sector (por ejemplo, en alimentación, la crisis ha hecho que contraten más personal y hasta que paguen bonos porque están desbordados por la demanda).
  4. En aquellos casos en que mi actividad, por ejemplo, era presencial (eventos, clases, talleres) y fue cancelada, pero al mismo tiempo se incrementó mi presencia virtual, ¿Qué puedo aprender de esto?
  5. En tiempos de incertidumbre y ambigüedad, la velocidad no es buena; sin embargo, la agilidad y la adaptabilidad son imprescindibles. 
  6. Entre un problema y la oportunidad siempre hay una fase, sin excepción, que se llama aprendizaje.

No existen recetas mágicas, transversales a cualquier sector, a cualquier industria y a cualquier persona, sino que existen distintas soluciones que son personales, individuales y únicas porque cada persona es única y aunque sus circunstancias sean similares a las de los demás, también son únicas.  

Te animo a que conviertas en oportunidad este momento, y ya sabes, te espero en un año para compartir lo aprendido y felicitarte porque seguro habrás salido de esto más fortalecido. Estoy seguro que cuando fragmentes la situación y busques las oportunidades, saldrás de esto con más sabiduría y fortaleza.

¡El café va por mi cuenta!

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