Peter Drucker decía que “la cultura se come a la estrategia para desayunar”. El considerado padre del managment moderno ya señalaba la complicada convivencia entre la estrategia y la cultura. Estos conceptos no son opuestos, y pueden convivir, pero muchas veces acaban enfrentándose. Cultura organizacional vs. estrategia, se trata de una unión necesaria, pero complicada.
¿Por qué? Pues la estrategia debería ser una guía para llegar a una visión de lo que queremos lograr, un sueño, una ambición, una hipótesis. En Good Strategy, Bad Strategy de Richard Rumelt se plantean dos ideas clave:
- La estrategia no es una visión, ni una ambición; es una meta clara y concreta. Algo que se debe hacer: duplicar ventas, crecer en ciertos mercados, etc.
- Critica la lógica predictiva en la planificación. No tenemos datos del futuro, así que basarse en predicciones suele ser inútil. En vez de eso, propone una lógica interactiva, basada en experimentar, aprender y ajustar en el camino. La estrategia debe tener un plan de acción y permitir que en cada paso se aprenda algo nuevo.
Una estrategia es vulnerable a los imprevistos y no suele tener en cuenta el factor humano. Factores como el talento, la motivación o la cultura interna pueden ser determinantes para alcanzar un objetivo, y son elementos que la estrategia tiende a ignorar. No podemos prever el futuro, así que ¿Qué pasa entre esa visión ideal y lo que realmente ocurre?
Aprender del camino
Le podemos dar la vuelta a esta problemática si nos mentalizamos de que lo importante no es solo llegar a la meta, sino aprender durante el camino y genera impactos más allá del beneficio económico.
Hay aspectos que no figuran en una estrategia que son claves para el desarrollo: la retención del talento, una buena experiencia del cliente, la innovación constante… Es decir, que muchas estrategias acaban fallando porque no tienen en cuenta la cultura organizativa.
Cultura y talento
La cultura es determinante a la hora de retener y atraer talento, uno de los factores más determinantes para hacer evolucionar una empresa. El talento es deseado por todos y no se trata solo de habilidades actuales, sino de lo que una organización permite descubrir. La gente talentosa quiere crecer, descubrirse, divertirse y sentirse escuchada.
Tal y como decía Drucker, la cultura es clave. Es la cultura la que impulsa las decisiones diarias, no la estrategia. Mi gran lucha en los consejos de ha sido esa: no entienden la importancia de la cultura. Siguen obsesionados con la estrategia, con mentalidad del siglo XIX, sin ver que, en el siglo XXI, una gran cultura puede garantizar más futuro que una gran estrategia.
Cultura organizacional vs. estrategia: una negociaión viva
Una empresa sin estrategia, pero con una cultura de innovación sólida, tiene más posibilidades de éxito que una que se rija solamente por una estrategia y cuente con una cultura pobre.
En definitiva, la estrategia es importante, sí, pero sin cultura no hay futuro.