En los últimos años hemos sufrido dos grandes crisis: la crisis financiera del 2008 provocada por la burbuja inmobiliaria y la actual crisis del Covid 19, una pandemia que ha supuesto un problema sanitario a nivel mundial.
El mercado es como un mar que a veces está en calma y otras padece un fuerte oleaje donde tras una ola ya se está gestando la siguiente. Las crisis son las crestas de esas olas, momentos de aguas turbulentas, y como dice la sabiduría popular, “en río revuelto ganancias de pescadores… o de chimpancés”.
Chimpancé o gorila
La crisis del 2008 expuso a las grandes organizaciones que habían crecido en tiempos de calma y bonanza sin darse cuenta de que la burocracia y la rigidez las habían convertido en enormes gorilas lentos y torpes, impidiendoles reaccionar a tiempo y provocando la desaparición de muchas de ellas. Sin embargo, en el mismo escenario y en los mismos sectores donde muchas compañías sucumbieron aparecieron nuevas organizaciones que cambiaron el mercado y variaron los hábitos en la adquisición de servicios; Aibnb (2008) cambió el concepto del alojamiento turístico, Uber (2009) el de la movilidad y Bitcoin (2009) el sector bursátil.
En la actual coyuntura debida al Covid 19, hemos visto que la adaptación digital ha sido un puntal para sobrellevar el confinamiento. Algunas empresas que ya habían hecho los deberes y que tenían claro que el talento se ha de aprovechar donde quiera que se encuentre geográficamente, han sido capaces de mantener el flujo de trabajo y la comunicación entre equipos y colaboradores, han reducido costes sin reducir la plantilla y han podido implementar acciones con mayor agilidad.
Las crisis son el combustible de la creación, la innovación y la transformación para aquellas empresas que han trabajado su Cultura en este sentido.
La Cultura empresarial
La Cultura de la empresa son las creencias y valores de la compañía, sus hábitos y costumbres, los procesos de identidad y de exclusión, en definitiva, la base sobre la que se sustentan sus estrategias y acciones. La cultura afecta a toda la organización, e incluso en algunas divisiones o departamentos se crean subculturas alternativas
Una Cultura rígida tipo gorila, impide adaptarse bien en momentos de crisis y ambigüedad. Es lenta en reaccionar y tiene una visión muy limitada en cuanto a estrategias de futuro.
Una Cultura de Innovación, tipo chimpancé, dota a la organización de elementos muy ágiles que ante situaciones de cambio le permiten trabajar rápidamente en diferentes escenarios y probar distintas opciones, sin que ello suponga costes extraordinarios, gracias a que tales propuestas ya han sido experimentadas o prototipadas anteriormente.
Investigar dentro de la empresa, descubrir qué empleados y departamentos son más emprendedores, creativos y están más motivados, o al contrario, dónde impera la burocracia, el miedo al cambio y los directivos pusilánimes, permite agilizar la empresa y crear planes de acción rápidos y definidos que posibilitan encontrar oportunidades y crecimiento en momentos de crisis.
Transformar la Cultura de la empresa en una Cultura de la Innovación protege a la organización y la prepara ante los momentos de incertidumbre y ambigüedad del mercado.