Bueno y malo, día y noche o frío y calor, no puede existir uno sin el otro, son el Yin y el Yang. Tal y como refleja el concepto del Yin y el Yang, las fuerzas opuestas se complementan y el surgimiento de una hace imposible que no aparezca su contrario. Así que, como siempre que aparece un perverso aparece un benévolo, con la transformación de Twitter en X ha surgido Bluesky. Una nueva red social de microblogging (al igual que Twitter) creada por Jack Dorsey, uno de los fundadores de Twitter, y que pretende convertirse en una plataforma más abierta y resistente a la manipulación.
Caso Bluesky
Bluesky está diseñada para ser una red descentralizada y que los usuarios tengan mayor control sobre los algoritmos que determinan el contenido de su feed. La clave de su éxito es el énfasis en la comunidad más abierta y respetuosa, donde los usuarios tienen más voz en la toma de decisiones.
La nueva red, que lleva como logotipo una mariposa azul, pretende rellenar la necesidad que tenemos los seres humanos de compartir y saber unos de otros que han facilitado las redes sociales, pero filtrando a aquellos que alimenten el odio o, sencillamente, mientan.
Bluesky surge como una plataforma que busca satisfacer esta necesidad de conexión, pero con un enfoque en filtrar el contenido negativo, como las fake news y los bots.
La corrupción de la codicia
A pesar de esta nueva esperanza que aparece en forma de cielo azul, no hay que olvidar que Twitter se inició con las mismas intenciones y acabó corrompido por la codicia. La red social ha llegado a convertirse en un nido de fake news y bots que hacen imposible mantener la intención positiva del antiguo Twitter.
Los malos augurios que se han acabado cumpliendo en X podrían llegar a Bluesky si gana la codicia: si se prioriza el crecimiento por encima de todo, se autoriza la venta de datos de los usuarios o se cede ante la alta influencia de los anunciantes.
Hay distintos factores que pueden contribuir a que se desarrolle esta corrupción. En un mercado altamente competitivo, las empresas pueden verse tentadas a tomar decisiones poco éticas para obtener una ventaja ante sus competidores. Además, la ausencia de una regulación adecuada puede permitir que las empresas exploten a los usuarios y dañen a la sociedad.
¿Y si cae Bluesky?
A pesar del buen comienzo de la nueva red de Jack Dorsey, nada nos asegura que no caiga también en la corrupción de la codicia. Para evitarlo, es imprescindible que la empresa sea transparente sobre sus prácticas y modelo de negocio y que los gobiernos establezcan una regulación clara y justa que proteja los derechos de los usuarios y promueven un uso ético de las tecnologías digitales.
A pesar de esta posibilidad la ley del Yin y el Yang siempre prevalecerá, lo que implica que, ante cualquier situación negativa, siempre surgirá una fuerza positiva que buscará restaurar el equilibrio.